Hacía medio año que había sacado a Marcelo una foto con el móvil a corta distancia de su cara. Al ver el resultado me di cuenta de que podía servirme de base para practicar haciendo un retrato, algo rápido que no me llevase mucho tiempo, pero efectista. El encuadre no permite ver toda la cara, los rasgos están deformados por la proximidad del objetivo, las gafas aparecen enormes y obtienen mucho protagonismo.
Marcelo, 2014. Acrílico sobre lienzo, 40x40x3,5 cm
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